Opinión

Son dos virus en vez de uno

Por Jose Luis Zerillo (*)

El título de esta columna es una expresión efectuada por Mario Rapoport durante este fin de semana y obedece precisamente a una discusión que comienza a llevarse adelante a nivel mundial y que hoy nos parece interesante abordar por este medio.

Entendemos, que nos estamos enfrentando a una pandemia que compromete todo el sistema sanitario mundial y a su vez, pone en discusión el sistema de acumulación capitalista imperante.

Sin lugar a dudas, las consecuencias médicas de la pandemia están ocupando hoy los principales medios de comunicación y es el tema de preocupación de toda la sociedad. Las prácticas de higiene y cuidado, adquiridas rápidamente por gran parte de nuestra sociedad, vinieron para quedarse y podemos avizorar que modificarán, en gran parte, aquellas costumbres sociales que se contradigan con las mismas.

Hasta tanto la ciencia nos permita inmunizarnos previamente para evitar el contagio, está claro que la consigna “Quedate en casa” obedece a la necesidad de sostener el aislamiento social como única vacuna existente para vencer al virus.

Dicho esto, y más lejano en el tiempo, propio de la mirada sobre la emergencia sanitaria que conlleva nuestra atención, emanan las preguntas sobre cuáles serán las consecuencias en el mundo a nuestro actual sistema económico globalizado.

No existe expectativa de vacuna alguna, para afrontar la crisis del sistema económico que se avizora.

Como bien ha dicho el presidente de la Nación, Alberto Fernández, hay que volver a pensar el rol del Estado y no son pocos quienes comienzan a preguntarse si ello también implica discutir el rol del libre mercado como proyecto económico hegemónico a nivel mundial, el imperio del poder financiero y sus reglas.

A iniciativa de su presidente, Donald Trump, Estados Unidos debió inyectar en su economía el mayor plan de estímulo económico de su historia que asciende a dos billones de dólares. Los máximos precursores del liberalismo de mercado y la no intervención estatal, en momentos en que la crisis asfixia, tienen en claro que sólo se sale con más Estado y no con más mercado.

Por ello entendemos que, como en distintos momentos de la historia de la humanidad, nuevamente surge la discusión sobre el modelo de crecimiento económico y la vieja dicotomía que lleva siglos sobre la economía real, industrialista y productiva versus la economía financiera y especulativa. Hoy en un mundo en que se adeuda en empréstitos más que todo su PBI de un año, la discusión del modelo económico imperante a nivel mundial, en tiempos donde ante cada crisis se vuelve a recostar en el Estado, produce que también se discuta sobre la continuidad del sistema tal cual lo conocemos y ello pensamos está ocurriendo.

Lo que muchos pensaban iba a suceder luego de la crisis especulativa del 2008, con la crisis del sistema bancario y el multimillonario rescate al que tuvieron que acudir los Estados, está comenzando a vislumbrarse ahora.

Después de la burbuja de los comodities y la crisis económica de los años ’30, las políticas keynesianas que asumieron los Estados hizo emerger la economía real del trabajo y la producción, con la finalidad de bajar los desproporcionados números de desempleo, lo mismo ocurrido una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial con la aparición del Estado del Bienestar, todo ello en el siglo XX. Como dijimos, no fue la crisis del 2008 finalmente la que generó la oportunidad de abrir la discusión de un sistema económico que hace aguas por todos lados y deja a millones de excluidos.

¿Será esta emergencia sanitaria global, el inicio del primer ciclo de discusión del sistema económico del siglo XXI?No estamos hoy ante la burbuja especulativa de 1930, ni ante la devastación de una guerra mundial como en los ’40, por ello deviene una paradoja que el tan ansiado debate sobre la humanización del capitalismo no sea producto de nuestra humanidad y sus 7000 mil millones de habitantes, sino de la imposición de un virus, más pequeño éste que el tamaño de un micrómetro.

(*) Abogado, magíster y profesor universitario en la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...